En una entrevista el Papa reconoce crímenes violentos contra protestantes organizados por sacerdotes.
En una entrevista concedida a la periodista argentina Elisabetta Piqué para el diario La Nación, el Papa Francisco reconoció como se orquestaban crímenes contra los evangélicos en Argentina.

La entrevista fue concedida para conmemorar los 10 años de su papado. Bergoglio cuenta como el sacerdote Julio Meinvielle ideaba y participaba en hechos delictivos contra los protestantes, en los que se quemaban en la noche las carpas usadas en campañas evangelísticas.
Julio Meinvielle además de ser párroco en la iglesia Nuestra Señora de la Salud en el barrio Versalles en Buenos Aires, impulsó el movimiento Acción Católica en Argentina. Además, fue autor de varios libros que fueron muy leídos dentro del nacionalismo católico argentino.
Las ideas centrales de sus publicaciones son la unidad entre Nación, Iglesia Católica y Fuerzas Armadas. Su filosofía era que formasen una cruzada contra el protestantismo, la masonería, el socialismo y el liberalismo.

Cuenta Francisco en la entrevista que la iglesia católica en su niñez era muy dura con los protestantes a los que consideraban condenados por sus herejías y como su abuela influyó para cambiar su percepción al respecto.
Señaló como iba una vez iba por la calle con ella y vio a dos mujeres del Ejército de Salvación que vestían con el moño y el gorro de la época. Francisco le preguntó a su abuela si eran monjas y ella le contestó que eran protestantes pero que eran buenas.
Afirma que estas palabras le ayudaron “a ver a los protestantes con otros ojos y no como lo hacía aquel párroco de Versalles en Buenos Aires que les iba a quemar las carpas a los evangélicos que iban a predicar, porque eran herejes. Con los chicos de la acción católica por la noche le quemaba las carpas“.
Otra cuestión que abordó Francisco en la entrevista se refiere a una carta del entonces cardenal Karol Wojtyla (luego Juan Pablo II), cuyo contenido se ha conocido recientemente.
Siendo obispo de la diócesis de Cracovia propone en la carta el traslado de un sacerdote abusador sexual a otra parroquia. Razona que “era una práctica muy habitual en aquellos años, se ocultaba y se trasladaba al sacerdote a otra parroquia, pero eso hay que juzgarlo en su contexto”.